Nuestra herencia se forjó al calor de 459 familias dedicadas al cultivo de palma aceitera originarias de esta tierra honesta y trabajadora, llena de retos, sueños y aspiraciones. Gente orgullosa de sus raíces y sus valores, que junta, unida en una comunidad de familias, hizo posible el nacimiento de Grupo Coinsu como sinónimo de su legado.
Para mi familia y para mí COINSU significa muchísimo. Todo lo que hemos alcanzado, nos hace sentir orgullosos, quisiéramos que la gente sepa que esta es una empresa que ayuda a las familias y quisiéramos que lo siga haciendo por generaciones”
Soñamos que COINSU siga creciendo más de lo que ha crecido, porque es un desarrollo para nosotros, para nuestros hijos, para nuestra familia, y hasta para los lugares donde vivimos porque además de darle trabajo a la familia le damos trabajo a los vecinos”
Trabajamos para que nuestras plantaciones sean plantaciones modelos en lo ambiental, social y económico. Y no trabajamos para nosotros, cumplimos la misión humana de trabajar y padecer por seres humanos que ni siquiera vamos a conocer… pero que corresponden a un eco de sangre de la que nosotros formamos parte permanente, insustituible, eterna”
Tengo fe que en el futuro crezcamos protegiendo al ambiente porque todos sabemos que si no hay árboles no hay agua y sin agua nadie vive y que mejor que dejarles esa herencia a los hijos, una tierra sana”
Fundadoras de GRUPO COINSU bajo la figura de: Productores independientes, empresas familiares, asociaciones campesinas y/o de productores, éstas últimas integradas a su vez por otras familias quienes también prosperan y brindan prosperidad en sus comunidades a través de su vinculación a nuestro GRUPO.
Cortés, Yoro, Atlántida y Santa Bárbara, al Noroccidente de Honduras, donde residen las familias que nos fundaron y desde donde generamos riqueza para Honduras.